Friki: término coloquial, no aceptado actualmente por la Real Academia Española: tipo extraño, extravagante, estrafalario, fanático, raro, de comportamiento o apariencia inusual, obsesionado por asuntos como la ciencia-ficción, los videojuegos, los cómics o la informática… la gente de provecho considera al friki un tipo inmaduro, si no infantil.
Oigo la palabra “friki” por ahí, rondando a mi alrededor, y me veo tan mayor, tan limpio y tan educadito que cuando me doy cuenta de que se refieren a mí, no puedo más que sonreír. Y escupir un poco:
Friki quien dejó que durante años la villa se degradase de esa manera. Quien no impidió la entrada a ladrones y demás deshechos (incluido algún miembro de la familia), permitiendo el expolio y la destrucción y que una anciana viviese allí sola, sin agua, sin calefacción… Friki, en fin y para siempre, la parte responsable de la familia Méndez de Andés, por el bochornoso espectáculo ofrecido durante años. Por no ser capaces siquiera de poner el nombre de Esther en su tumba.
Friki quien, a base de gritos y amenazas, durante años ha hecho suyo el acceso al camino (que el camino de acceso todos sabemos que es suyo…), por sus santos huevos.
Friki quien ha consentido la tala indiscriminada, dejando mi jardín convertido en un prado ridículo; llenando de caballos, cabras y perrillos el lugar por donde corretean lánguidos fantasmas y otros espíritus.
Friki el Principado, por hacer oídos sordos.
Friki el ayuntamiento, por hacerse el sordo, el ciego y el mudo.
Frikis las asociaciones culturales y profesionales de la zona, que jamás han dicho nada al respecto.
Friki esa gran parte del pueblo que, amparándose en que esta casa era de ricos y que les den, no ha movido un dedo.
Frikis aquellos que se han acercado interesadamente a este blog a pedir para su provecho y han desaparecido.
Frikis estos pijos asturianos, tan abundantes, que, revestidos de la “nobleza” que inventan para esconder no sé qué ridículas vergüenzas, se otorgan el derecho a ser ellos los únicos que pueden hablar, decir, alabar o criticar “sus” cosas, mirándonos con sonrisilla displicente (¡ups!) y por encima del hombro a todos los que de allí no somos, mierda de RH (¡coño, si yo soy 25% asturiano!)
Frikis los periodistas que han “ignorado” la existencia del blog a la hora de redactar sus preciosos reportajes y sentidas reflexiones sobre la villa.
Friki la nueva empresa propietaria por considerarnos “enemigos”, por no responder a mis correos… Por pretender que nos creamos que alguien se compra esta casa para vivirla y lo que quiere es pasar desapercibido. Por no apreciar la publicidad gratuita hecha durante estos años si la villa se convierte, POR EJEMPLO, en hotel.
Frikis aquellos que nos llaman frikis por no aceptar que alguien pueda amar algo bello desinteresadamente.
Frikis mis amigos del blog y yo, sin duda, por ser TAN raros. Por amar la arquitectura, la historia de las arquitecturas, los paisajes, los lugares y las gentes; por llegar a creernos todo esto. Y por el tiempo y las emociones dedicadas.
Nota: Esta entrada pretende reflejar tan solo MIS sentimientos. Hay otra gente en este blog que, ni opinará lo mismo que yo ni pretendo se sienta reflejada. Hay gente en este blog mucho más sensata que yo.
Las fotos que adornan esta entrada me han llegado firmadas por unas simples iniciales, “JML”, como una carta de amor de esas antiguas. De algún friki, vaya… Me ha encantado ver que, al menos, la propiedad anda preocupada en conservar azulejos y baldosas, ya era hora (¿podrían haber puesto los inodoros en otro sitio?). Y ver mi barca, su barca. Y también entristece comprobar que todo sigue más o menos igual.
A JML mi reconocimiento y mi gratitud. Encontrarse fotos actuales del interior de la casa, a estas alturas, como si de un bebé en la puerta se tratase, emociona. Bienvenid@ al club.