Este periódico publica un interesantísimo reportaje sobre la Villa en su nº 53. Su autor es David Piñeiro Fuentes (director del mismo), al que no conozco y que, extrañamente, nunca se ha puesto en contacto con nosotros, cosa que nos sorprende ya que en su investigación, si ha mirado mínimamente en internet, este blog es lo primero que aparece… De cualquier modo, su aportación (aunque involuntaria) resulta estupenda para todos aquellos que llevamos meses compartiendo nuestra fascinación por la casa en este blog y para los que llevamos años soñando de un modo u otro con esta preciosa casa
Gracias a Isotxa, meiga buena que nos hizo saber de la existencia de este reportaje. Gracias 2 veces por su trabajo con el escáner. Y gracias 3 veces por participar y aportar, a ver si todo el mundo toma ejemplo. Gracias a Xana, que ya ha enviado un comentario que he borrado sin querer (pero pegaré de mis oscuros archivos…)
Reproduzco las páginas de La Voz de Occidente sin pedir permiso, espero que no les moleste y comprendan que somos muchos los interesados que no tenemos acceso al periódico. Y le damos las gracias a David Piñeiro por sacar a relucir nuestra querida Villa Excélsior. Que corra la voz.
(Pinchar para ver en grande)
Como leerse el texto pinchando en las fotos es un peñazo, aquí os lo copio:
VILLA EXCÉLSIOR DE LUARCA, PALACETE INDIANO DE UNA BELLEZA SINGULAR
La mansión, que se halla en estado ruinoso por falta de interés en los herederos, fue construida en el año 1912 por un emigrante de Valdepares que hizo fortuna en Argentina
Por David Piñeiro Fuentes
Construida en el año 1912 por Manuel Méndez de Andés, sobrino y heredero único del también llamado Manuel Méndez de Andés, un asturiano que nació en el año 1846 en Valdepares (El Franco) y que emigró a Argentina con sus padres a los doce años de edad. El estado ruinoso y de abandono en el que la enorme mansión se encuentra hoy nada tiene que ver con los tiempos de alegría, lujo y felicidad que se vivieron a principios del pasado siglo tras los muros de estas regias y señoriales paredes de las que pese a estar tan cerca tan poco se sabe. Parece que la hiedra, las zarzas y la maleza se hanido encargando de borrar la historia y las señas de identidad de Villa Excélsior. Quizá, o al menos eso pretendemos, con este reportaje lancemos algo de luz sobre las tinieblas del pasado y demos a conocer la historia oculta tras las zarzas y las enredaderas.
La Villa Excélsior fue diseñada y construida, como el Casino de Luarca, por el arquitecto Manuel del Busto, quien lleva a cabo en esta obra, finalizada en 1912, uno de los proyectos de mayor empaque y singularidad y uno de los exponentes más elevados de lo que se ha venido en llamar arquitectura retórica, un género muy bien dominado por Manuel del Busto y que se reservaba para sus clientes más atrevidos y adinerados, muy a menudo indianos que se habían enriquecido en las antiguas colonias de ultramar, como es el caso que a continuación contaremos, de Manuel Méndez de Andés tío y Manuel Méndez de Andés sobrino. Y es que para conocer la verdadera historia de Villa Excélsior hay que remontarse a algo más de medio siglo antes de su edificación y trasladamos al año 1846 que es cuando viene al mundo Manuel Méndez de Andés, en el pueblo de Valdepares, concejo de El Franco, en Asturias. Con apenas doce años de edad se embarcó con su familia para Buenos Aires y trabajó como niño en diversas labores para ganarse la vida por sí mismo, hasta el punto que al correr de los años lograría reunir un pequeño capital para emprender su aventura empresarial.
Es así como en el año 1874, cuando tenía solamente 28 años de edad, abrió una fábrica de tabacos que instaló a pocos metros de la Plaza de Mayo y que la bautizó con el nombre de La Abundancia, una denominación acertada que parece que profetizaba ya el éxito y la fortuna que alcanzaría con este proyecto. Los cigarrillos que fabricaba con la marca «Excélsior» tuvieron una acogida apoteósica entre los fumadores porteños y las ventas subían a niveles jamás imaginados. Los fumadores más entendidos y los más exigentes buscaban los cigarrillos «Excélsior». Las ganancias eran cada vez mayores y aquel que había empezado como niño obrero se convertiría muy pronto, con escasos treinta años de edad, en uno de los hombres más ricos de Buenos Aires. Construyó en la capital de Argentina (Rivadavia 5657) un hermoso palacete que lucía el nombre de los cigarrillos en su fachada. Los negocios iban a más y llegó a comprar casas, edificios y haciendas (estancias en Argentina).
La generosidad.
Pero no solamente se dedicó a regocijarse en su enriquecimiento personal ni mucho menos. En el año 1872, cuando tenía 26 años, ingresó en la logia masónica La Tolerancia. Actuó en el periodismo, presidiendo el Círculo de Prensa así como la Asociación Patriótica Española. Fue un gran filántropo y protector de los hombres de las letras y de las artes, protegiendo y ayudando a músicos, periodistas, escultores, escritores y actores. Actuó como un ser generoso y caritativo en cuantas ocasiones le fuera posible demostrarlo. Así por ejemplo, como ocurriera con otros muchos artistas y hombres de letras, el tenor bilbaíno Florencio Constantino pudo viajar a Milán para ampliar su formación musical corriendo todos los gastos de estudios, viajes y estancias a cargo de Manuel Méndez de Andés.
En el año 1892 naufragó el cazatorpedero Rosales al incendiarse cuando navegaba hacia España para participar en los festejos del tercer centenario del descubrimiento de América. Manuel Méndez de Andés fue espléndido a la hora de hacer grandes donaciones económicas a favor de los familiares de las víctimas del naufragio . Lo mismo haría, cediendo generosas cantidades de dinero, cuando un terrible terremoto desolara el día 27 de octubre de 1894 los territorios de San Juan y La Rioja (Argentina) dejando numerosos muertos y heridos y destruyendo cientos de viviendas. Muchos más ejemplos se podían poner de la bondad de este gran hombre y empresario nacido en Valdepares.
Don Manuel fue un vecino muy respetado y querido en el barrio de San José de Flores. También fue edil representante de esta parroquia y trabajó para su progreso y desarrollo urbano. Intervino en la creación de la Asociación Española de Socorros Mutuos de San José de Flores fundada el 1896, de la que fue el primer presidente. También fue miembro de la Cruz Roja.
Tras una vida llena de éxitos empresariales, pero dedicada a hacer el bien en todo lo que estaba a su alcance, falleció en Buenos Aires el 17 de julio de 1897. La nación argentina, en agradecimiento, le dedicó una calle en Buenos Aires y le construyó un enorme monumento en su tumba, situada en el cementerio de La Recoleta, y todo esto por decisión y acuerdo del Congreso de los diputados.
Y decíamos que para hablar de Villa Excélsior era necesario remontamos a esta hermosa historia, desconocida para muchos asturianos, porque este gran hombre, que no tenía herederos, cuando estaba en pleno apogeo económico y empresarial, llevó para América a un sobrinito muy joven también nacido en Valdepares, y que llevaba casualmente su mismo nombre y como es lógico sus apellidos. Es así como el muchacho, hijo de campesinos acomodados o al menos no pobres, se embarca para América al igual que hiciera su tío. Pero este joven Manuel Méndez de Andés ya no tiene que ir a trabajar para levantar una fortuna como hiciera su tío. En este caso va a hacerse cargo de un imperio económico que va a heredar y que está en pleno apogeo. Es así como al morir su tío Manuel, en el año 1897, se hace cargo de toda la fortuna, incluida la fábrica «La Abundancia» en la que se fabricaban los exitosos cigarrillos de la marca «Excélsior».
Ya propietario de los bienes heredados de su tío, a principio del siglo XX vuelve a Asturias para casarse con una elegante y hermosa dama, cuyo matrimonio posiblemente se había concertado entre las familias de ambas partes. La joven dama se llamaba Tarsila Blanco Abella – Fuertes y provenía, como no podía ser de otra manera, de una familia acomodada y de clase alta, la familia de Delfín Blanco y Esther Abella – Fuertes, cuya casa estaba situada en Barcellina. La casa se conserva intacta en la actualidad y en ella reside Isabel Cuervo, que es la actual propietaria y descendiente de los padres de Tarsila.
Una mansión en Luarca.
Manuel Méndez de Andés, una vez casado, decide construirse una mansión para él y para su familia, una casa digna del rango económico que ostenta. Los padres de su mujer le ceden unos extensos terrenos de propiedad familiar, situados muy cerca de la casa y allí decide construir su palacete, imitando y aun superando la grandeza de la mansión que construyó su tío en América.
Se pone en contacto con el mejor arquitecto del momento, Manuel del Busto, que por entonces terminaba las obras del Casino de Luarca. Y si la casa la construía el mejor arquitecto, los jardines los tenía que diseñar el mejor jardinero; y así contratan a Pedro Múgica. El maestro de obras sería el llamado «Manolín» de la Castellana.
La obra de la casa finaliza en el año 1912. La Villa Excélsior era grandiosa y en su arquitectura se mezclan elementos arquitectónicos de la arquitectura medieval, clásicos, modernistas y secesionistas. Es pródiga en galerías, balcones, porches, terrazas, cubiertas y ventanas multiformes. En la casa todavía se puede apreciar ahora, pese a su estado medio ruinoso, la grandiosidad de la escalera de mármol, el gran salón con el billar en medio, al más estilo indiano, los corredores de maderas preciosas, los ventanales y las cristaleras policromadas. La planta tiene unos treinta metros de largo por veinte de ancho. La esquina del edificio la resuelve el arquitecto con una hermosa torre terminada en cúpula cubierta de azulejos de un brillante color verde. La parte superior del edificio culmina con una elegante terraza, semejante a la del casino de Luarca.
La grandiosidad y el potencial económico expresados en la arquitectura del edificio debían quedar también reflejados en los muebles. Por eso, para decorar la mansión se trajo a una casa de decoración de Londres y los muebles se encargaron a la afamada firma Maple, así como también la grifería. Los pianos repartidos por la mansión lucían hasta hace poco (que las robaron) sus teclas de marfil. Muebles de caoba, caballerizas de lujo, donde se guardaba el lujoso carruaje y los hermosos caballos, que más tarde, serían sustituidos por dos lujosos automóviles negros. Los caballos eran una de las debilidades de Manuel Méndez de Andés; le gustaban y además tenía en Argentina una prestigiosa cuadra con la que competía y apostaba.
Un jardín suntuoso.
Y por último, una vez acabadas las obras, Múgica se encargaría de diseñar un jardín que sería muy difícil de igualar en cualquier otra mansión indiana de Asturias.
El jardín estaría surcado por caminos y plazuelas y albergaba una hermosa fuente con columnata de doble orden jónico vestida con glicinias. El jardinero que permanecíó toda la vida en la casa, Benigno González, cuidaba con esmero todas las maravillosas plantas del jardín. Se encargaba de sembrar los semilleros de begonias, petunias, clavelinas, pensamientos, dalias o nardos, además de grandes y variadas masas de hortensias. Pero llaman especial atención las plantas raras de ver en otras partes como las enormes palmeras de Washington, el cedro azul del Himalaya o los cipreses de Lawson; o las diversas clases de acebos muy difíciles de encontrar con variados tipos de hojas o colores. Hay rododendros de distinto color en fucsia, rojo y blanco, y en la fachada de la casa no podía faltar umi buganvilla, un rosal trepador y una especie de sureña muy común en la época, la trompeta de Virginia y apoyado en la balaustrada que conduce a la entrada del edificio un jazmín de verano. En el jardín no faltaba tampoco el falso plátano purpúreo, tilos, falsas acacias, plátanos, cedros japoneses y una especie americana llamada cataipa.
Además del jardín, la finca, de gran extensión, contaba con un rico huerto lleno de melocotoneros, albaricoques o ciruelos, así como capulises.
Entre Argentina y Villar
Una vez terminadas las obras el año 1912 y con el jardín ya organizado, Manuel Méndez de Andés se traslada desde casa de sus suegros a la flamante y lujosa nueva mansión «Villa Excélsior». Pero Manuel tiene sus negocios y su fortuna en Argentina y muy pronto se embarcaría para América. Su vida se desenvolvía en continuos viajes entre Buenos Aires, donde dirigía sus heredados negocios y la «Villa Excélsior» de Villar, donde estaban su mujer y sus seis hijos, cuatro niñas y dos niños, varios criados, cocheros y jardineros.
Se dan fiestas en los salones de lujo y toda familia de rango de Luarca no se consideraba tal si no era invitada a Villa Excélsior, algo que podía asemejarse a la ficción reflejada en la película «Lo que el viento se llevó», pero en Luarca, un lugar de esplendor, lujo y vida señorial. Don Manuel había heredado de su tío la generosidad. Por eso cuentan los que le conocieron que un día a la semana se ponía al lado de la verja a la entrada de la finca y repartía limosna entre los mendigos que se acercaban allí y hacían cola para recibir la caridad de aquel indiano, Con sus hijas también era espléndido, pues en cada viaje, cuando regresaba a casa traía regalos para todos. Cuentan que en una de las ocasiones trajo unos valiosos brillantes para repartir entre las hijas, de tamaños distintos, según la edad de cada una.
Llega la decadencia
Lo que parece ser que no heredó de su tío fue la prudencia empresarial, la mesura en el gasto y la buena mano para los negocios, pues su capital iba a menos y las cuentas que le presentaban los administradores eran alarmantes. Todo iba en decadencia y la afición de este buen señor al juego, a los casinos y las apuestas millonarias en las carreras de caballos, unido a una administración no adecuada, hacía que su fortuna fuera cayendo en picado. Además de esto tuvo la mala suerte de que estallara la Primera Guerra Mundial mantenida entre los años 1914 y 1918, la cual acaba con sus negocios de exportación de carne en barco para los ingleses, con cuyo Estado había firmado un contrato de suministro. Alemania sostuvo durante toda la guerra una porfiada batalla contra el tráfico marítimo de sus enemigos mediante submarinos y, en menor proporción, mediante buques mercantes armados y enmascarados de neutrales.
El dinero ya no llegaba a la Villa Excélsior de Luarca con la abundancia de antaño y la señora de la casa tuvo que ir prescindiendo de parte del servicio. Eso sí, siempre se quedó con una criada y un jardinero, que permanecerían en la casa a su servicio hasta el final de sus días. La mujer de aquel indiano, Tarsila, tampoco dejó nunca su porte señorial y seguía manteniendo la elegancia, dando fiestas y recibiendo amistades en la casa, donde le acompañaban sus cuatro hijas, Esther, Raquel, Mª Rosa, Társila (la única que vive todavía con 96 años de edad) y sus hijos Manuel y Fernando, los dos tallecidos.
Esther se casaría con un juez, el juez Camazón; Mª Rosa contrajo matrimonio con Tomás
Asenjo, hijo de Ramón Asenjo, alcalde de Luarca en su día; Társila se desposaría con el doctor Juan Herrero, que era natural de Valladolid y Raquel lo haría con Ramiro Pérez del Rio, el empresario que había levantado la industria litográfica en Luarca. Fernando ocupó un puesto de trabajo en la empresa Electra del Viesgo y se casó con M» Teresa Otero, hija de una maestra; Manuel se quedó a vivir en América y contrajo matrimonio con Tita, una joven de Luarca.
Manuel Méndez de Andés fue un hombre elegante, bueno, educado y generoso, pero quizá demasiado confiado en sus administradores, todo ello unido a que su capacidad para llevar a cabo la dirección del imperio económico que heredó no era la misma que la de su tío. Todo esto y la mala suerte, unida a los problemas de la guerra, hace que acabe prácticamente arruinado y en un momento dado, de acuerdo con su mujer, decida venirse para España y abandonar definitivamente Argentina, donde sus negocios ya se habían ido a pique. Se embarca para venirse a Villa Excélsior donde le esperan su mujer y sus hijos.
Nunca llegaría a desembarcar en Asturias, porque durante la travesía Manuel Méndez de Andés aparece muerto en su camarote. Parece ser que un infarto había puesto fin a su vida. Quizá con esto la providencia divina quiso ahorrarle el mal trago de volver a su patria arruinado después de haber saboreado las mieles de un imperio económico. Según nos ha declarado su hija Tarsila, la única con vida, era habitual en aquella época arrojar al mar los cuerpos de los viajeros muertos en travesía, pero con un cliente como don Manuel Méndez de Andés se hizo una excepción y se transportó su cuerpo hasta el puerto de Vigo, donde recibió cristiana sepultura. Nos dice su hija Tarsila que debería de haber ocurrido esto por el año 1931 y que don Manuel habría fallecido así a los 61 años de edad. Unos cuarenta años más tarde, en la década de los setenta, los hijos de Méndez de Andés recogieron las cenizas de su padre en Vigo y las trasladaron al panteón familiar del
cementerio de Luarca, donde descansan en paz junto a los restos de su esposa.
Su mujer Tarsila y sus hijos nunca abandonaron la vida señorial ni la dignidad y el estilo de la clase a la que pertenecían, pero más de una vez hubo de echarse mano de la ayuda de la casa familiar de ella, situada al lado de la villa, donde muere el camino que conduce a la mansión.
La Villa Excélsior sigue ahí, nadie la cuida, nadie la restaura y las goteras se van abriendo camino a través de los tejados. Las ventanas van cayendo, las hiedras y las zarzas penetran en las habitaciones y los antaño cuidados jardines van desapareciendo tras la maleza y los zarzales. Las dos hermosas palmeras se elevan al cielo como si pidieran ayuda sin saber a quién para que alguien frene el deterioro de esta mansión irrepetible, mientras el cedro azul mantiene su frondosidad esperando tiempos mejores que quizá nunca lleguen. Por las noches de invierno silba el viento y mueve los ventanales que quedan en pie y se resisten a caer, como si la mano invisible del propietario que con tanto cariño y esmero levantó sus paredes, los sujetara para impedir el casi ya inevitable desastre.
Uno de los seis herederos vendió su parte a una empresa privada y otra heredera dejó su parte a una sobrina, que ya era dueña de su sexta parte correspondiente, de manera que en la actualidad, la mansión Villa Excélsior se reparte en cuatro partes propiedad de los nietos de Manuel Méndez de Andés y de una empresa llamada «Parques y Jardines», empresa con la que posiblemente algún heredero tenga relación más o menos directa. Varios compradores han hecho ofertas para adquirir el edificio y sus jardines, pero la familia no se ha puesto de acuerdo en la venta. También el Principado de Asturias y el propio Ayuntamiento de Valdés, en tiempos del alcalde Jesús Landeira, se han interesado por llevar a cabo la adquisición de Villa Excélsior, pero no ha sido posible cerrar la operación. Quizá la oportunidad mayor para vender fuera cuando la Universidad de Madrid se interesó por comprar el edificio para instaurar allí la Universidad de Verano, pero pese a que uno de los herederos hizo todo lo posible sin regatear en esfuerzos, no hubo manera de poner de acuerdo a todos los herederos y la operación quedaría sin cerrar.
En la actualidad las paredes siguen en pie, pero las goteras ya han hecho estragos en las maderas nobles y los tejados tienen limitado su aguante. Cada invierno que pasa se va deteriorando irremediablemente lo que antaño fue la envidia de todas las familias de rango de la villa de Luarca. Si se actuase a tiempo, la casa todavía podría ser devuelta a su estado inicial. Es cuestión de voluntad de los herederos, pero quizá también de dinero.
Hola Zanobbi:
Bueno, bueno, que pequeño es el mundo, y aunque no lo parezca que relacionados estamos todos de alguna manera.
Yo no conozco a David Piñeiro, pero si tuve ocasión hace un año de conocer a quien colabora con él en el periodico «La Voz del Occidente» se llama Rocio (su apellido no lo se) y vive en Caroyas, un pueblecito precioso muy cercano a Cadavedo, pase una tarde con ella y su familia (extraordinaria) en su casa, hablando de lo divino y lo humano, me regalaron un ejemplar en el que venia la entrega de un premio que le habian concedido ellos a Isabel San Sebastian, y tengo un recuerdo precioso de ella, de su familia y de esa tarde.
Que grande e importante es internet; nos da la posibilidad de poder conectar a traves de un teclado a personas, que no se conocen, pero que comunican y sintonizan a traves de gustos y aficiones comunes; yo estoy muy contenta de haber encontrado este blog y de ver como las distintas personas que posteamos, somos como las piezas de un puzle que poco a poco entre unos y otros vamos conformando.
Espero que igual que ha hecho Isotxa, mas piezas de este puzle vayan aportando cosas y documentos si es que los tienen. La pena es que la letra del periodico sea tan pequeñita y no podamos leer su contenido.
Un beso: XANA
Como verás, ya está arreglado. Gracias + beso.
A mí siempre me ha interesado la casa, pero también sus habitantes, y en todas las informaciones dicen que el tío Manuel Méndez al no tener descendencia llevo a Argentina a su sobrino, que «casualmente llevaba su mismo nombre y como es lógico sus apellidos». El nombre le puedes poner el que tu quieres, pero los apellidos no, y no es lógico que tuviera los mismos apellidos, mis sobrinos no tienen el mismo apellido que yo, para que eso ocurriera, o era muy común ese segundo apellido o mi hermano debería de casarse con mi prima, por parte de madre.
En mi familia hay un caso similar, y es que mi abuelo tuvo un niño con su prima materna, y le pusieron el mismo nombre, lo malo fue que la familia de ella no quería esa unión, el hijo ilegitimo se convirtió en «sobrinito», pero cuando murió mi abuelo él heredó como un hijo.
Sí el tío, Manuel Méndez de andés fuera tenido hermanos, lo normal era que fuera ido a Argentina con él cuando empezó a triunfar, (yo no he escuchado nada de un hermano), y cuando murió algo le debería de haber dejado, y además sólo tenía ese sobrino para heredarlo todo?… no sé hay algo ahí que no me cuadra.
Muchas gracias por subirlo. De paso te envio a tu correo unas fotis…
El Domingo me paso por Villar, si hace buen tiempo sacaré más.
Un abrazo!!
Gracias a tí por la visita. Colgaré tus fotos en cuanto tenga un ratillo.
Beso.
Hola Zanobbi:
Por fin, y gracias a Isotxa y a tu buen hacer, podemos disfrutar de unas fotografias ineditas de Villa Excelsior hechas como quien dice en familia, mostrando distintos momentos vividos en esa magnifica mansión.
Gracias por la transcripción del texto del periodico, que como te comente, al ser tan pequeñita la letra era poco legible, y gracias tambien a David Piñeiro, director de «La Voz de Occidente,» que ha demostrado su preocupación por el estado de esta maravillosa mansión, echando luz y aportando mas datos de los que ya conociamos sobre esta familia.
Creo que estamos de enhorabuena, porque cada día compruebo, que somos mas los que nos interesamos por las casas de Indianos en general y de Villa Excelsior en particular; a ver si las aportaciones de todos van aumentando.
Un beso.
Estupendo reportaje, gracias por compartirlo. Tengo entendido que a la familia heredera le avergüenza el que se difunda el estado actual de la casa, así que creo que ese sería un buen comienzo: provocarles tal vergüenza que se decidieran a vender la casa a alguien que sepa cuidarla y devolverle su esplendor.
Siento insistir con el tema, pero lo que más me aterroriza es que los jardines se encuentran sin protección. El primer paso sería exigir al ayuntamiento que velase por la conservación de todo el espacio.
Si pudieseis aprovechar vuestros contactos y conseguir colgar las fotos del reportaje con buena calidad, sería estupendo. Me refiero a las fotos de los primeros años de vida de la casa, con la familia en los jardines. Son maravillosas y me encantaría conservarlas.
Totalmente de acuerdo contigo en el tema del jardín, aunque ya es MUY tarde. Por lo que yo pude ver en mi última visita, la mayor parte de los árboles han desaparecido. Si comparas lo que se ve en el vídeo, en la escena desde la azotea, no tiene nada que ver con lo que te encuentras ahora. Tampoco entiendo como el Ayuntamiento ha permitido (y permite) eso. En montones de sitios en España, para tocar un pino o cualquier otra cosa tienes que pedir un montón de permisos o, simplemente, te lo niegan. Y el tema Ayuntamiento – Principado es lo que más me indigna a mí, aunque sería largo ponerme a despotricar ahora y aquí.
Respecto a la familia, decirte que, por lo que yo sé, no es (o no debe ser) tan sencillo: muchos herederos con participaciones muy diferentes y en distintas generaciones, repartidos por todas partes (o sea, con relaciones buenas, malas , frecuentes o nulas); incluso alguna empresa es heredera, empresa con intereses (?), lo que complica todo aún más. Y ya sabes lo que estas cosas de las herencias provocan.
También decirte que a la única persona de la familia con la que yo tengo contacto, esta «difusión» no parece avergonzarle, como tú dices, en absoluto; es más, le encantaría ver la Villa en otro estado. Por experiencia propia sé que, a veces, por mucho que te gustaría algo, cuando hay herencias, pasta o familias de por medio, esto es imposible. Por eso yo creo que la única manera sería una intervención por parte del Principado, el Aytº de Valdés o yo que sé, no soy ningún experto. Me asombra un poco también la inhibición de la gente de la zona, no solo con Villa Excélsior, en los tiempos que corren. ¿Asturias es diferente?
Respecto a las fotos: espero tener más dentro de poco, ya que «Társila», sobrina nieta de Esther que ha participado en este blog con algún comentario y las fotos antiguas que en él aparecen, me ha prometido más. Y como las fotos que aparecen en el reportaje de la Voz de Occidente supongo que han sido facilitadas por alguien muy cercano a ella, no creo que tengan muchos problemas en pasárnoslas a nosotros también. Pero no lo sé.
Gracias por tu participación y un beso.
Hola! Soy David Piñeiro, el autor del reportaje. Acaba de pasarme una amiga de Luarca vuestra página web y me pongo en contacto ahora.
Por supuesto, no tengo nada en contra de que hayáis reproducido mi reportaje. todo lo contrario, me alegro de que os interese el mismo.
Lamento no podáis ver en nuestra página web el reportaje de este número, debido a que estamos reorganizando la página y justamente el nº 53 no aparece en la versión digital. eso se arreglará y dentro de un par de semanas podréis ver de nuevo en internet nuestra versión digital completa en PDF y con calidad. En todo caso, si tenéis interés en el periódico original, donde se publica el reportaje de Villa Excélsior, al ser una publicación mensual, lo tenéis en todos los kioscos del occidente de Asturias durante todo el mes de noviembre y los primeros días de diciembre, hasta que salga la edición impresa del número 54. También podéi adquirir el periódico en la sección de prensa en el Centro comercial de Salesas en Oviedo o en los kioscos de Gijón situados en la calle marqués de San Esteban nº 33 y en la calle Puerto Cerredo nº 18.
Un saludo muy cordial para todos los que os interesáis por estos temas.
Hola, chicos:
Tengo que realizar un proyecto cultural para un máster en gestión cultural que estoy realizando en Barcelona. He pensado en llevarlo a cabo sobre Villa Excélsior, con la idea de recuperarla para uso artístico-cultural. Tengo en mente informarme de la financiación a través de la Unión Europea y de la UNESCO.
La titularidad privada plantea el gran problema pero bueno, la cuestión es planificarlo. Para ilustrar la idea podeis ver el proyecto de Villa Ocampo en Argentina.
¿Qué os parece? Necesito información, os lo agradecería.
Mi email es cris_encinas@hotmail.com, la compañera que hará el proyecto conmigo es de Asturias y ha flipado con la casa.
Saludos y gracias.
Hola, Cristina:
Qué casualidad. Yo tengo un máster en gestión de patrimonio. La gestión cultural es un campo precioso, pero desgraciadamente está en pañales. El trabajo es muy dinámico y entretenido…si lo encuentras. Pero no quiero desilusionarte tan pronto.
Sería maravilloso ver Villa Excelsior abierta al público, y que todos pudiésemos disfrutarla. Me parece una idea estupenda, y creo que los espacios de esta casa se prestarían muy bien para toda clase de actividades culturales, con una pequeña adaptación (pequeña en cuanto a uso, se entiende, porque hablamos de un edificio que casi no se tiene en pie).
Tal vez si expones tus dudas podamos solucionarlas entre todos.
Mucha suerte y no pierdas la ilusión.
Hola, Fermina:
Gracias por tu comentario. Desde luego que no estudio gestión cultural para ganar mucho dinero, pero la motivación es más importante para mí.
Esta semana nos han aprobado el proyecto y ahora comenzamos a trabajar sobre toda la información de la casa. Todo lo que nos podáis ofrecer sería bien recibido, incluso especificaciones arquitectónicas. Aunque nuestro proyecto no es sobre patrimonio sino sobre la reutilización de la casa para actividades culturales, así que no profundizaremos en restauración, tan sólo estimaremos el coste partiendo de la base de que la administración pública está interesada. Todo son suposiciones pero así, al menos, existe un proyecto que, a lo mejor, algún día se pueda llevar a cabo.
Muchas gracias por todo.
¿La administración pública? ¿Habéis conectado con ayuntamiento, principado o algo? Me encantaría saber qué se cuece en esos «niveles».
Quién vive en los jardines de la casa?
Hola, Cristina:
Si tu pregunta no tiene ningún matiz poético, te diré que, por lo que sé, en el jardín (aún seguimos llamándolo así…) no vive nadie. Hay un paisano que «cuida» aquello (si cuidar es, por ejemplo, que el caballo duerma en el comedor de la casa…) y tiene pilladas las caballerizas del fondo del jardín como su cuartel general. Pero creo que vivir-vivir, no viven allí.
Y si tu pregunta no es tan terrenal… Pues en el jardín vive lo que cada uno se imagina cuando miras aquello: los fantasmas de la gente que lo habitó, la desidia de los herederos, el olvido de las instituciones o los sueños y la fantasía de todos los que alguna pasamos por allí y Villa Excélsior nos embrujó. Porque VExcélsior, de algún modo, también es nuestra.
Vaya mañana de domingo que tengo… Un beso.
Hola, he llegado a la página por casualidad, buscando información en internet.
Hoy estuve en las inmediaciones de la «Villa»; hace unos 35 años que la ví por primera vez cuando estudiaba en Luarca, y muy de vez en cuando visito los alrededores. Se aporta bastante información, pero a mi modo de ver, no hay que dejar de lado, que es una propiedad privada.
Saludos
Hola, Alberto, y gracias por tu comentario.
Decirte que yo no olvido nunca que la casa es propiedad privada, quizás porque conocí a la propiedad y, si has tenido la paciencia de leerte este blog, sabrás que, al menos para mí la villa es lo que es por Esther, su dueña, y aunque me deje llevar por recuerdos (inútiles) y nostalgias, o precisamente por eso, me indigna ver la casa así. Me he movido lo suficiente para saber que España está llena de casas y edificios tan interesantes como la villa o más, al borde de la ruina: iglesias, casas, monasterios…
Lo que me (nos) pasa en este caso es que, saber que lo que se pretende es que la casa se hunda y construir adosados, nos da como fiebre. La propiedad privada… No creas que este blog es una especie de alegato revolucionario porque no lo es…, qué más quisiera. Es solo el sueño de algunas personas a los que la casa fascina por una razón u otra y no llegamos a aceptar que, porque sea propiedad privada, se hunda sin remedio.
¿Cuántos edificios hay en España que ningún ministerio, ayuntamiento o comunidad permitiría que se viniesen abajo porque sean de propiedad privada? Y sí, quizás la villa no sea TAN importante. En un país en el que cada ciudad (hortera) que se precie se ha gastado su pasta gansa en tener su Calatrava, su Moneo o su Foster quizá no quepa la posibilidad de gastar algo en comprar la villa a sus propietarios, más o menos forzosamente, y salvarla.
También te diré que no sueño con esto. Solo espero que los muros de piedra de Villa Excésior aguanten lo más posible, para que, como ya he dicho algunas veces, se les caiga la cara de vergüenza, especialmente a la propiedad.
Un abrazo.
Pero que bonitooooo lo que has dicho del jardin!!!!
Eres un poeta, niño.
Pos ya ves
He leído practicamente todo el blog y sus comentarios, me he documentado sobre la «Villa» en la medida de lo posible, y lo seguiré haciendo; Me parece fascinante la persona de Dª Esther Méndez de Andés, a quien quizás, más de una vez me habré cruzado en Villar, como la «Villa», como fascinantes son todas las historias de los miles de asturianos que emigraron a «hacer las Américas», unos con más fortuna que otros muchos. Seguro que a la antigua propietaria no le gustaría que entraran algunas personas en su «Villa», con nocturnidad y alevosía, otra cosa es, obviamente, que el acceso lo sea con permiso de quien pueda otorgarlo. Y a quiénes alentan tal despropósito (dejar que la casa se hunda), la propia historia se lo demandará …
Saludos
Alberto
Me alegra tu interés por la villa. A estas alturas, y visto lo visto (lo que han consentido sus herederos que ocurra con la casa), ya no estoy muy seguro de qué opinaría la pobre Esther a todo esto. Respecto a nosotros, a la gente que se mueve por este blog, comentarte que lo único que nos motiva es la admiración por la casa y el interés de muchos de los que no pudieron entrar en vida de Esther por admirar de cerca, y antes de que se hunda, un ejemplo único de arquitectura indiana.
La gloriosa segunda expedición del 12 de junio entró en la casa con permiso de la persona que «cuida» de ella.
Tú y yo sabemos que, el día que la casa se hunda, desgraciadamente la historia no demandará nada a nadie… Sobre todo a la administración.
Un abrazo.
[…] en la Voz de Occidente y firmado por David Piñeiro Fuentes. (Se puede leer en la Web “El Jardín de Villa Excélsior“, que lo ha […]
Lo de abrirla al publico para visitarla sería una pasada… lo malo es que habría que hacer una gran inversión en restauración y las instituciones públicas no están por la labor…
Hoy dia 10 de sept.del 2016 he estado allí
Hemos podido entrar y verla, y en ese momento mi imaginación se ha trasladado a aquella época
Si es impresionante ahora, como debió ser, en su máximo explendor
Me imaginaba como tenian q ser sus jardines, a las niñeras con los bebés en sus cochecitos, las veladas en los porches….
Estaba en ella, y no sentia el más mínimo miedo
Sentia mucha tristeza, de ver como algo tan hermoso y con tanto explendor, se encuentre hoy dia, en esa lamentable situación
Al final el egoismo de unos herederos, q se encuentran con algo tan maravilloso, sin ningún esfuerzo, puedan ver el deterioro, q año trás año, se va apoderando de Villa Excelsior
Me gustaria saber si alguien conserva fotos del interior, en su máximo explendor
Muy agradecida a la persona q ha hecho posible, el conocer la historia de Villa Excelsior